Cambiando de tema, debería contaros tantas cosas, y sin embargo no me apetece nada. Si me paso mucho tiempo sin escribir nada es porque estoy buscando algo de lo que hablar, pero que no sea sobre mi vida personal, sino algo para haceros la lectura más amena, y a la vez que os haga reflexionar. Difícil. Al final, me ha venido una gran idea. Sólo debo deciros que he fracasado en eso de dejar de lado mi vida personal... Soy débil, ¿vale? Voy a hablaros de amor. Y ahora es cuando aparece el típico de: ¡Pero si de eso habla todo el mundo! ¿No es eso lo que habías dicho antes de la monotonía? Que típico... Uy, sí, lo tuyo sí que es originalidad. Pff, mucho hablar y luego tu eres igual que los demás... Bocazas, no te contradigas... ¡Claro, como del amor no ha hablado nunca nadie!.
Eh, eh... relajad las tetas *feel like ElRubius*... No digo el amor en plan: osea, ese chico es tan asdfghjklñ que adghjklñ osea, sabes? y me miró y fue como asdfghjklñ... ESO NO! Quería hablar de mis abuelos, y de SU amor. Eso no lo ha hecho nadie, asi que a callar.
El 1 de mayo, mis abuelos cumplieron ni más ni menos que 50 años casados. Cincuenta años se dice pronto, pero si te fijas, te das cuenta de que significa pasar 18.250 días con la misma persona, 438.000 horas soportando sus quejas y sus tonterías, 25.920.000 minutos mirando sus sonrisas y su llantos, 1.555.200.000 segundos preocupándote por cada uno de sus sentimientos... Es como estar toda una vida protegiendo a aquello que más amas. He visto la mirada de mi abuelo hacia mi abuela mientras renovaban sus votos. No era su mirada apagada de siempre, una mirada llena de sufrimiento, de dolor, de tirantez de los años. No era una mirada cargada de preocupación por despertarse a la mañana siguiente. No era una mirada cargada de odio, rabia o resentimiento. Era una mirada cálida, emotiva, sensible, nostálgica... La miraba con amor, como si solo pudiese verla y oírla a ella, cómo si el mundo se hubiese parado en aquel momento para ellos dos. La miraba como si no hubieses mañana, como si pensase que si en algún momento dejaba de estudiar su cara se le escaparía el recuerdo. Y fue ahí dónde se me saltaron las lágrimas, lágrimas de felicidad, de darse cuenta de lo que es amor entre dos personas... De como un hombre igual que otro cualquiera puede llegar a amar de esa manera, es algo indescriptible. Incluso yo sentí que está igual o más enamorado de ella que el primer día que la conoció, y ni siquiera me estaba observando a mí. ¿No es eso con lo que sueñan todos en algún momento? No, eso no es. Lo que ellos sueñan es más mecánico, más monótono (si, hoy estoy usando mucho esa palabra), como robótico. Hoy en día, la gente confunde amor con deseo, con gustarse, con atracción... La gente confunde amor con inalcanzable. El amor no es nada de eso. El amor es obsesión por conocer cada mísero detalle de alguien. Amor es querer a alguien más que a ti mismo. Amor es sonreír al pensar su nombre. Amor es ese brillo en los ojos de dos personas mirándose fijamente. Amor es no poder ser feliz hasta hacer feliz a aquel que amas. Amor es lo que veo en cada discusión de mis abuelos, en cada mirada que se hacen, en cada palabra, gesto o acción que viven cada día. Y eso es lo que quiero yo. Pero no ahora, ni cuando cumpla los 16, ni a los 100 años... Quiero eso toda mi vida, quiero algo verdadero, algo que me haga sentirme mareada cada vez que pronuncio su nombre... Quiero cerrar los ojos y ver a esa persona en mis sueños, y abrirlos y ver a esa persona en mi realidad. Quiero lo que vi en casa de mis abuelos el día de sus Bodas de Oro. Quiero lo que veo con mis padres cada día. Quiero lo que sintió mi abuela por mi difunto abuelo. Quiero levantarme cada mañana y saber que no hay otra persona en mi vida más que una, la única persona que me mira como si fuese de porcelana, una figurita perfecta tallada sólo para él, su pequeño tesoro. ¿Es tanto pedir?
